Born and raised in Puerto Rico, as a child, Myrna often day-dreamed of being a stranger in a foreign land. She is the oldest of four siblings, raised by their divorced mother and a stepdad whom she adores. Her childhood memories are comprised of raucous laughter, angry yells and large and loud family gatherings, all set against the landscape of a tropical Island whose identity sways between its Latin-Caribbean roots and the American influence.
Realizing early on that pursuing higher education was the ticket to spread her wings, after obtaining a Bachelor´s Degree in Communication Arts from the University of Puerto Rico, she went on to get a Master's Degree in Multidisciplinary Studies from the University of the Incarnate Word, in San Antonio, Texas.
Though her intention was to become a writer, she jumped at the opportunity of working with a major airline, first as a reservations agent in San Antonio, Texas and later in sales, in Miami, Florida, fulfilling her childhood dream of traveling around the world.
It was during a trip to Cozumel, Mexico that she met Larry, the love of her life, eventually marrying him and moving there.
In 2009 she self-published the book, "Ese Gusto por la Vida" (That taste for life), an experience she refers to as “painting with words extraordinary moments from ordinary experiences.”
Becoming a visual artist was, in her own words, “an accident”. A stint at a painting workshop taught by a local resident artist uncovered a talent she was not aware of and awakened a passion that took her by surprise.
Since that pivotal night in 2015, the artist who taught the workshop, Dominican Republic native, Niurka Guzman Otañez, has become her teacher, mentor and friend, guiding and encouraging her artistic growth and formation.
Myrna has participated in numerous collective exhibitions throughout Mexico and in Puerto Rico, earning experience, perspective and recognition.
In 2017, in her first ever participation in a contest, Myrna won first place in the exhibit Maravillas de la Naturaleza, sponsored by the Museo de la Isla de Cozumel, and then went on to win third place in 2018 and first place again in 2019.
In 2018, her painting, “Entre líneas”, a socio-political critique on the colonial status of her native Puerto Rico, was pre-selected, though not chosen, for the IV Bienal J. A. Monroy sponsored by the University of Guadalajara, Mexico among hundreds of entries. And in 2019, “Huellas milenarias”, a call to create awareness of our impact on Nature, in general, and the wetlands, in particular, was one of 85 pieces selected among more than 2000, to be part of the I Bienal de Artes Biodiversidad de Mexico, which opened in the Mayan Museum of Cancun subsequently going on to Merida and Monterrey, Mexico.
Her work chronology is testimony of the artistic maturity she has reached in a relatively short time and an exciting statement of what is still to come.
Nacida y criada en Puerto Rico, cuando era niña, Myrna a menudo soñaba con vivir en el extranjero. Es la mayor de cuatro hermanos, criada por su madre divorciada y un padrastro a quien adora. Los recuerdos de su infancia se componen de risas estridentes, gritos airados y grandes y ruidosas reuniones familiares, todo ello contrastado con el paisaje de una isla tropical cuya identidad oscila entre sus raíces latino-caribeñas y la influencia estadounidense.
Desde joven entendió que la educación superior era el boleto para extender sus alas. A raíz de obtener una Licenciatura en Artes de la Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, pasó a obtener una Maestría en Estudios Multidisciplinarios de University of Incarnate Word, en San Antonio, Texas.
Aunque su intención era convertirse en escritora, aprovechó la oportunidad de trabajar con una importante aerolínea, primero como agente de reservaciones en San Antonio, Texas y luego en ventas, en Miami, Florida, cumpliendo su sueño de infancia de viajar por el mundo.
Fue durante un viaje a Cozumel, México, que conoció a Larry, el amor de su vida, y eventualmente se casó con él y se mudó allí.
En 2009 se auto-publicó el libro "Ese Gusto por la Vida", una experiencia a la que se refiere como "pintar con palabras momentos extraordinarios de experiencias cotidianas".
Convertirse en artista visual fue, en sus propias palabras, “un accidente”. Un paso por un taller de pintura, impartido por un artista residente en Cozumel, la llevó a descubrir un talento del que no era consciente y despertó una pasión que la tomó por sorpresa.
Desde esa noche crucial en 2015, la artista que impartió el taller, nativa de República Dominicana, Niurka Guzman Otañez, se ha convertido en su maestra, mentora y amiga, guiando y alentando su crecimiento y formación artística.
Myrna ha participado en numerosas exposiciones colectivas en México y en Puerto Rico, ganando experiencia, perspectiva y reconocimiento.
En 2017, en su primera participación en un concurso, Myrna ganó el primer lugar en la exhibición “Maravillas de la Naturaleza”, patrocinada por el Museo de la Isla de Cozumel, y luego ganó el tercer lugar en 2018 y el primer lugar nuevamente en 2019.
En 2018, su pintura, “Entre líneas”, una crítica sociopolítica sobre el estado colonial de Puerto Rico, fue preseleccionada, aunque no elegida, para la IV Bienal JA Monroy, patrocinada por la Universidad de Guadalajara, México entre cientos de entradas. En 2019, “Huellas milenarias”, una invitación a reflexionar sobre nuestro impacto en la Naturaleza, en general, y los humedales, en particular, fue una de las 85 piezas seleccionadas entre más de 2000, para formar parte de la I Bienal de Artes. Biodiversidad de México, que se inauguró en el Museo Maya de Cancún y posteriormente pasó a Mérida y Monterrey, México.
La cronología de su obra es testimonio de la madurez artística que ha alcanzado en un tiempo relativamente corto y una apasionante declaración de lo que está por venir.
Myrna Cleghorn Art
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